El "bón" que tanto disfrutamos, especialmente durante la Semana Santa, se originó en el Siglo XIV en Inglaterra, donde un sacerdote comenzó a hornearlos para dárselos a los pobres. Poco tiempo después, se conocieron como los "panes de la cruz roja" y eran degustados por todos, especialmente el viernes santo.
Estos panes de levadura y especies se hacen con pasitas, pasas de corinto, y cáscara de cítricos confitadas, y se decoran por encima con una cruz sobre su brillante superficie tostada.
La tradición del bón cruzó los mares durante el comercio de los esclavos y fue adoptada por los antillanos, costumbre que ha perdurado hasta nuestros días.
Un buen bón es pesado y denso. Se requiere amasar y reposar y amasar nuevamente hasta adquirir la consistencia apropiada. No es un pan dulce como suelen decir algunas personas.
Estos panes de levadura y especies se hacen con pasitas, pasas de corinto, y cáscara de cítricos confitadas, y se decoran por encima con una cruz sobre su brillante superficie tostada.
La tradición del bón cruzó los mares durante el comercio de los esclavos y fue adoptada por los antillanos, costumbre que ha perdurado hasta nuestros días.
Un buen bón es pesado y denso. Se requiere amasar y reposar y amasar nuevamente hasta adquirir la consistencia apropiada. No es un pan dulce como suelen decir algunas personas.
Cómo extraño el bono, rica exquisitez que no se ve acá en Cartagena, Colombia.
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